LA CREACIÓN DE UNA IMAGEN CORPORATIVA

Crear una imagen corporativa es imprescindible y muy importante cuando se crea una empresa, sea cual sea su actividad. Nuestra imagen corporativa es la “cara” por la que nos conocerán nuestros clientes, la percepción que tendrán de nuestra empresa y lo que nos ayudará a posicionarnos en la mente de nuestros usuarios y seguidores.

Como sucede con las personas, una marca necesita diferenciarse del resto, definirse y mostrarse como única de cara a su público.

Antes de diseñar nuestra imagen corporativa es muy importante tener claros algunos aspectos clave sobre nuestra marca, aspectos que influirán en nuestro día a día y en cómo van a percibirnos los demás.

Misión, visión y valores

  • La misión, el por qué de nuestra empresa. Lo que marca su objetivo a largo plazo.
  • La visión, que nos haga fijar el objetivo a conseguir a medio plazo. Debe ser más preciso y accesible que la misión ya que va a guiar nuestras actuaciones de una forma más directa en el día a día. La visión se puede centrar en un objetivo global o dividirse en una serie de actuaciones relacionadas entre sí.
  • Los valores, factores que todos los miembros de la corporación deben cumplir en el día a día. Son conceptos inquebrantables que formarán parte de la identidad de la empresa.

Así pues, podemos decir que la imagen corporativa se refiere a un conjunto de percepciones, conceptos, experiencias, actitudes, compromisos, etcétera de las personas interesadas e implicadas de una u otra forma en una empresa determinada. Es la carta de presentación de una marca, la forma en que es percibida por el público y el consumidor, sin olvidar que, lógicamente, la imagen corporativa deriva de la identidad corporativa, la forma en que la organización se reconoce y define a sí misma.

Elementos que componen una identidad corporativa

Existen una serie de elementos constituyentes de la identidad corporativa, que deben adaptarse a los mismos criterios Veámoslos:  

  • Nombre de la empresa y de sus productos o servicios.
  • Logotipo.
  • Tipografía.
  • Identidad de colores.
  • Imágenes.
  • Eslogan o lema.
  • La página web.
  • El packaging (envase o presentación de sus productos) tarjetas de visita, correos electrónicos, rótulos, carteles, vinilos, etc.
  • Sedes u oficinas.
  • Las locuciones o tonos en las comunicaciones telefónicas de la organización.
  • Historia y reputación, on y off line.

Estos elementos se consignarán en el manual de identidad corporativa, que será el documento que refleje la esencia de la marca y de la corporación, la “biblia” de la compañía.

Pero la imagen corporativa no se limita solo al nombre, logotipo y eslogan. Existen una serie de elementos como uniformes, publicaciones, sobres o incluso, el tipo de ambientador utilizado en las instalaciones, que deben utilizar la misma línea que el resto de la imagen corporativa, lo que hará más fácil reconocerla y diferenciarla.

Por último, no podemos olvidar que la cultura corporativa sería considerada como un elemento más dentro de la imagen de la marca. Una cultura corporativa fuerte, es la base de la identidad. Es sumamente importante implicar e incentivar al equipo de trabajo, sentar buenas bases de comunicación interna y establecer diferencias claras con la competencia.

Vistos todos estos puntos, queda claro por qué la imagen corporativa es tan importante para una marca. Diseñar una imagen acorde con la filosofía, los valores y la cultura de una organización marcará uno de los aspectos más importantes en su trayectoria. A través de la imagen corporativa se alcanzará una identidad única que nos ayudará a ser reconocidos por el público, impulsará las ventas y estrechará lazos con nuestros seguidores y usuarios.

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