¿Y por qué no? Esa es la gran pregunta. Dicen los que emprenden que esto es como lo de tener hijos: si esperas el momento adecuado, no habría niños. Y es que el momento adecuado y perfecto para algo, nunca llega porque si lo esperas, siempre puedes considerar que algo falta y postergas y postergas. Esto suele estar motivado por el miedo así que si llevas tiempo pensando en emprender y lo tenías previsto para ahora y de repente, la situación exterior no es la que habías considerado, veamos juntos si es o no el mejor momento para emprender.
Cuándo emprender
Cuando se tiene una idea, un proyecto y además, se le ha dado forma. ¿Cuánta forma? La justa y necesaria. Si pasas la línea de analizar y re-analizar antes de lanzarte, es que estás enroscado y el miedo te está pudiendo. Lo que hará que seguramente, nunca llegues a emprender.
Emprender es una mezcla en perfectas cantidades de idea – creatividad + planificación – análisis y decisiones basadas en datos + valentía. Tiene que haber de todo ello. Sin alguno de estos ingredientes, la mezcla no estará completa y seguramente todo se quedará en experimento.
Para saber cuándo es el mejor momento para emprender debes tener:
Idea de negocio – proyecto
Si tienes un instinto emprendedor lo vas a descubrir porque esa idea que hace tiempo tuviste sobre un negocio o proyecto y que has intentado desbancar de tu mente y tu vida, no se va. Está ahí por más que pasen los años, por más que busques otros trabajos, por más que te digas que estás feliz y que no es una buena idea de negocio… Si realmente lo es y tú ansías ser emprendedor, la idea estará agarrada a ti de forma que ni sabes hasta que por fin, le das forma y la pones en marcha.
Así que si tienes una idea, dale y date una oportunidad. Diseña un plan, ponla por escrito, cuéntasela a personas que consideres que pueden darte buen feed-back y a partir de ahí, desarrolla un planning.
Dependiendo de la envergadura del proyecto podrás dedicarle más o menos esfuerzos económicos y energía (en esto de la energía aunque sea un plan b de negocio que puede serlo en tu vida durante un tiempo, hay que poner toda la que se pueda y más para que salga bien). Y con energía decimos dedicación, ilusión, trabajo…
Esa idea irá mutando con el tiempo y también gracias a tu madurez y experiencia. Muchas veces tenemos ideas en nuestros primeros años de profesionales, las dejamos un poco de lado para hacer carrera pero sigue ahí. Cuando la retomamos hay que modificarla y adaptarla a los tiempos que corren, al público actual y también a nuestros propósitos pero la esencia, sigue siendo válida y es lo que importa.
Análisis coherente y plan de negocio
Cuando tienes esa idea clara, adelante. Dedícale tiempo y hazte con un plan de negocio. Ahora en Internet tienes a tu disposición mucha información para ni siquiera, tener que dedicar esfuerzos económicos a priori para poder hacer un plan de negocio que te arroje lucidez sobre los recursos que necesitarás. Cuando la pongas en marcha o vayas a ello, ya será otra cosa y sí recomendamos contar con ayuda profesional para evitar errores que te lleven al desastre antes de empezar.
Pero por ahora, para considerar la viabilidad de tu negocio y poder tomar decisiones de cómo y cuándo avanzar, vale con que hagas unos timelines de tu proyecto, unas cuentas de inversión y un análisis de público y posibilidad del mercado.
Eso sí, esto es imprescindible y no puedes avanzar sin ello o al menos, no lo recomendamos.
Valentía y arrojo
Y por supuesto… ¡Valentía! Lo de emprender es una carrera de fondo para la que hay que estar preparado mentalmente. Emprender es arrojarte casi al vacío y sentir muchas veces que estás solo, que estás haciendo más tareas diferentes de las que te gustaría, sentir que trabajas más que antes y que pagas muchos impuestos… Y todo esto es verdad y te sentirás así, quien te diga lo contrario, te está mintiendo pero también debemos ser sinceros y reconocer que si tanta gente emprende es porque realmente, en el fondo, merece la pena por muchos factores.
En resumen, ¿cuándo emprender?
Cuando tú estés preparado para ello y tengas tú escenario controlado en un porcentaje suficiente como para poder asumir el riesgo que conlleva. Todo dependerá también de la forma de emprender porque hay quien prefiere simultanear la experiencia del nuevo proyecto mientras aún está en otro trabajo que le permite tener ingresos. Esta es una fórmula más segura pero más lenta.
Si te vas a tirar a la piscina al cien por cien, asegúrate de tener una bolsa de recursos económicos suficientes para vivir un tiempo sin ingresos. Y de nuevo, que tu escenario y el del proyecto / negocio esté al menos planificado en un 70 – 80%. El escenario económico externo es solo una parte de todo el engranaje y también puede modificar el momento de lanzarte pero solo modificarlo, no cambiarlo todo.
Piensa en todo y cuando las piezas encajen, adelante pero no esperes a tener el puzzle perfecto, encolado y colgado en la pared porque eso en pocas ocasiones ocurre. Y recuerda esta frase que te será muy útil en tu camino de emprendedor: bien es suficiente para avanzar.